24 febrero 2005

Una casa. La magnífica sobriedad de la arquitectura criolla. Un gran patio con aljibe circundado de galerías a la que todas las habitaciones abren sus puertas o ventanas. Casa pensada para el encuentro familiar. Al contrario de la arquitectura moderna, un pasillo anónimo e inamistoso, que va arrojando a cada uno a la individual soledad de su habitación.

A UNA CASA
Barrancas al crepúsculo incipiente,
espadaña, reja, aljibe, fuente;
tu amable intimidad de patio fresco
invita al trato afable, al mate franco.

Impertérritas paredes de azulejos desvahídos
pasillos ajedrezados de blanquinegras baldosas
Misteriosos techos, suspicaces rejas, sorprendidas puertas
asediadas por galerías rociadasde sol muriente.

Tu admirable conjunción, tu sobria alianza,
provocan, en arquitectónica templanza,
prudencia colonial, sin desmesuras
ni estridencias, ni hipócritas recatos.

Eres el punto del encuentro, el abrazo
de hermano y hermano, de padre e hijo.
Así viviste, así fuiste concebida,
y es esa tu misión, tu propia vida.

23 febrero 2005

No hay mucho que comentar, palabras ya hubo muchas y no voy a terciar en ese palabrerío.
Queda el hecho desnudo de un hombre que sufrió y murió mansamente. A uno le retiembla el corazón de sólo pensar tanto dolor. ¿Y ahora qué?. Creo que lo de San Agustín es lo mejor, lo más claro.
No llores por mí si me amas. Si conocieras el misterio insondable del cielo donde me encuentro...! Si pudieras oír el cántico de los Ángeles y verme entre ellos...si pudieras ver con tus ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso...Si pudieras por un instante contemplar como yo esta luz que todo lo alcanza y lo penetra, jamás llorarías por mí.
Créeme, yo confronto en esta nueva vida las cosas del tiempo pasado, y me resultan pequeñas y e insignificantes.
Te recuerdo que te amo como te amaba antes cuando todo era fugaz y limitado. Y cuando tu muerte venga a romper tus ligaduras duras, cuando llegue el día que Dios ha fijado y tu alma venga al cielo en que te he precedido, ese día volverás a verme...Y avanzaras conmigo por los senderos nuevos de la luz y de la vida eterna.
Por eso, si realmente me amas, no llores por mí, yo estoy en paz.


A veces las personas más inesperadas pueden darnos una que otra lección. Esto tendría que haber sido un cuento, una fábula mejor. Pero no lo fue. Quizás algún día lo sea.

21 febrero 2005

¿Cómo la tristeza puede ser alegre?. Increiblemente, puede ser así. En estos días lo he visto (y experimentado) de la forma más cruda y tangible. Siempre me dije que esta página no iba a tener nombres, pero estoy tentado de romper esa regla: pude haber estado compartiendo mis últimos diez años de vida con un santo, en el verdadero y más pleno sentido de la palabra, sin darme cuenta.

17 febrero 2005

Es increible cómo, al final, las cosas resultan. Quizás no pueda hacerse de esto una regla de vida: pero parece que existe una previsión celestial que "sucede" necesariamente (aunque no causalmente) a raíz de cada una de nuestras decisiones.

Antiguo orfebre de las cosas:
¿donde está tu mano misteriosa,
dónde tu soplo, tu caricia?
¿O es sólo tu tenue risa,
la que provoca en las alturas
y conmueve en las honduras,
el rítmico regir del universo?.

Preciso relojero de los tiempos:
¿es tu mano la que los vientos,
enfila ordenados a su senda?
¿O es sólo tu inmortal guiño,
que nos anonada hasta el niño,
que habita la sima de las almas
de quienes no esquiva la calma?

Concienzudo labrador de destinos:
¿es tu voluntad la que el desatino
impone a nuestra pobre existencia?
¿O es sólo que tu infinita ciencia,
prevé el eterno y pausado movimiento
de nuestro corto, terrenal tormento?

Quizás debería continuarlo. No se.

15 febrero 2005

Magnífica poesía rusa, tiene esa crudeza, esa rotundidad que la hace tan odiosa o tan amable (sin medias tintas). Aquí va algo de Aleksandr Pushkin que encontré.

El profeta
De sed espiritual atormentado
me arrastraba por sombríos desiertos
cuando en la encrucijada apareció ante mí
un serafín de seis alas.

Con sus dedos livianos como el sueño
tocó mis ojos y mis ojos se abrieron,
clarividentes, como los de un águila asustada.

Tocó entonces mis oídos
y los llenó de ruidos y repiques:
y escuché el estremecimiento de los cielos,
y el vuelo de los ángeles en lo alto,
y el movimiento de las bestias del mar bajo las aguas,
y el sonido de la viña creciendo en la llanura;
y se inclinó sobre mi boca
y arrancó mi lengua pecadora, engañosa y trivial;
y con su diestra ensangrentada
encajó en mi entumecida boca
la horquilla de la astuta serpiente;
y rajó mi pecho con su espada
y ensartó mi palpitante corazón;
y en el hondo hueco de mi pecho
clavó un ardiente carbón.

Como un cadáver yacía en el desierto
cuando la voz de Dios me llamó:
"Levántate, profeta, mira y escucha,
llénate con Mi voluntad,
recorre las tierras y los mares,
y quema los corazones con tu palabra".
(1826)

14 febrero 2005

Es el problema de ser enteramente insociable. Me dejo ahogar por la sola perspectiva de ser anfitrión.
Alguna vez alguien me dijo que se notaba que yo venía de familia de criollos: tengo (dijo) esa taciturnidad del pampeano, silenciosa, contemplativa. Pero ellos eran "gente de mano caliente por eso de la amistad", siempre dispuesta a la hospitalidad. Y esa virtud (¡tan útil, tan necesaria!) me falta. Lo peor es que esto lo veo en mis hijos y sufro anticipadamente por ellos.
¿catársis? No, hoy no es día.

12 febrero 2005

Un paso rápido, en el ajetreo de ser familia (porque uno no tiene familia, es familia). Programas con los hijos, descubrir esas nuevas personas que se van desplegando y mostrando aspectos hace instantes insospechados.

Crece perfil azul, madeja
que cuando desenreda, aleja
momentos de niñez y de ternura.
Y busca, y tiende a una altura
que no ven ojos mortales

Es tu ser que se envejece,
desde una niñez que enternece
mirarla mientras deja de ser,
se aparta para no volver.
Trepa velos a alturas tales.

Y donde se detenga, subida
en su persona y en su vida;
así será él, con ese olvido
que todos tienen escondido.
Eres tú, resuello entre mis males.

09 febrero 2005

Hoy no hay comentarios. Nada peor que el vértigo del papel en blanco; aunque no sea ni papel, ni blanco.

08 febrero 2005

Es curioso cómo funciona la mente humana. Hoy cruzó mi vista (y mi memoria) una pequeñísima cicatriz. Sí, una cicatriz.
La susodicha se encuentra ubicada (desde que la conozco) debajo de un labio, justo en la curva que hace la barbilla cuando empieza a nacer.
Por supuesto que no me vió. Las cicatrices no tienen ojos y ésta en particular menos que menos, sólo tiene barbilla.
Brindo por ella.

07 febrero 2005

Una luz
te busca,
te encuentra,
te envuelve.

Un sonido
te rodea,
te acosa,
te penetra.

Un aroma
te toca,
te espía,
te asedia.

Y no es nada, nada;
nada que puedas nombrar.
Luz, sonido, aroma:
inasibles objeciones.

02 febrero 2005

Sería mejor no iniciar con un comentario obvio. Pero, aquí va. Es que necesito probar el sistema.
Preocupa esto de la publicación informática de lo que, usualmente y por siglos se hizo en cuadernos, hojas sueltas, epístolas y otros.
Pero la verdad, a qué negarlo. Es cómodo y, sobre todo, anónimo.
Tiene el inconveniente de lo efímero. ¿Cuántas cosas se perderán?.
Pero, insisto... es cómodo. Y anónimo.