06 septiembre 2005

Quien te ha visto...

Como una cosa lleva a otra, el post de ayer me recordó una canción sobre la madre que siempre me gustó. Buscando en internet la encontré:

Señalada por el índice del sol
La recuerdo a mi madre algunas tardes
cuando cedo a la costumbre de la siesta
de chico era penado no dormirlas,
con terribles temporadas sin veredas.

La recuerdo a mi madre soberana,
sobre un inquieto trompo de polleras,
sonriente como bota que han lustrado,
victoriosa como trigo que verdea.

Se entendía con los gallos y la luna,
si quería que le dieran hora buena,
y para ella el día ya era viejo,
cuando el sol asomaba a sus tareas.

Era un garito oscuro la cocina,
y allí ganaba ella sus apuestas,
en un truco con naipes de lechuga,
o un billar culinario con ciruelas,

A los patios enormes de la infancia,
iba mi madre y allí dejaba huellas,
cada año hasta hoy las ha seguido,
el malvón para encontrar la primavera.

Ella hizo de la vida y sus suburbios,
una cuestión de amor y de pureza,
señalada por el índice del sol,
anda mi madre para que yo la vea.

Señalada por el índice del sol,
anda mi madre para que yo la vea.


Linda, ¿no?. ¿A que no adivinan quién la escribió?.
Pues bien, fue éste.
Decididamente hay gente que ha perdido su camino.