06 agosto 2005

Mañana de sábado; de un día luminoso y con frío acariciante. No quiero estar acá sentado, frente a la máquina. Ayer me regalaron un libro y quiero sentarme al sol a disfrutarlo.
Dejo, entonces, unos versos rápidos que son casi un consejo:

SERENIDAD
Serenidad, seamos siempre buenos
amigos. Caminemos reposada-
mente. La frente siempre sosegada
y siempre sosegada el alma. Menos

mal que bebí de tus venenos,
inquietud, y no me supiste a nada.
El aire se serena, remansada
música suena de acordes serenos.


No moverán la hoja sostenida
con mis dedos, a contra firmamento
en medio del camino de mi vida.

Vísteme de hermosura el pensamiento,
serenidad, perennemente unida
al árbol de mi vida a contra viento.

Blas de Otero