27 junio 2005

Siempre me gustó Girondo... y no logro explicarme por qué. Por supuesto que estoy hablando del "primer" Girondo, el inteligible; cuando empezó a preferir la rima al sentido dejó de interesarme.
Pero, en fin, su simpatía tiene algo de símpatica, de juglaresco malabarista de las palabras, siempre con una sonrisa en los labios.



DICOTOMÍA INCRUENTA
Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano.

Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse
adonde yo me siento.

Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.

Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.